Hace 10 años mi mar bajo al cielo

A veces con la rapidez del tic tac del reloj se te olvida lo rapido que pasa el tiempo o cambia tu vida en solo 365 dias. Tengo que declararme culpable de este mal al igual que muchas personas, sin embargo si hay alguna fecha que veo en el calendario y jamas se me olvidara es el 15 de Diciembre. Es increible como un solo dia puede cambiar la vida de una persona y este fue mi caso con esta misma fecha. Como si fuera ayer recuerdo cuando el mar y el rio eran mis vecinos, tenia morrocoys como mascotas y la inocencia de una chica de "pueblo" corria por mis venas. Creci en una ciudad llena de sol y energia de una isla costeña. Oir que una persona iba a playa "culito" o playa "pantaleta" era el pan de cada dia. Era rutina comer pezcado, pulpo, calamares y las famosas empanadas de cazon como almuerzo. Una montaña (Cerro grande) era parte de mi hogar. Jamas se me olvidaran esas raizes que me criaron por 12 años pero si hay algo que no me gustaria recordar es como todo esos recuerdos desaparecieron en 5 horas.

Como si fuera ayer recuerdo aquel día en el que la montaña avanzó hasta el mar. Para todos que vivimos en Vargas recordar la tragedia es sinónimo de dolor y angustia, y aunque le damos gracias a Dios por estar en el grupo de sobrevivientes,la piel se eriza cada vez que pensamos en esa noche. No solo duele los mas de 40.000 muertos de la tragedia y la experiencia que cada guaireño tuvo que vivir; en mi caso por MUCHO tiempo ( y debo reconocer que aun se me rompe la voz y me vienen lagrimas a los ojos al hablar) se me hacia practicamente imposible charlar y regresar a los recuerdos de esa noche. Nunca pude entender porque una ciudad que me dio tanta alegria y los recuerdos mas bellos de mi infancia me causaba tanto dolor. No es nada ameno contar con detalles lo que vivi pero si hay algo que me sigue doliendo como ayer no es solo ese agrio recuerdo, es mi falta de identidad.

Si yo regreso a mi pais no tengo "hogar". Lamentablemente jamas podre volver a recorrer las calles que me vieron crecer, la casa que me dio tanta felicidad, mis dos morrocoys que comian la cayena de mi jardin, la piscina que me enseño a nadar, el colegio que me enseño a leer y escribir y simplemente la ciudad que me vio crecer. Esa ciudad ya no existe y 10 años despues de su tragedia todavia se ve como si ocurrio ayer y ESO es lo que mas me duele. No existio el respecto de darnos dignidad a personas de la Guaira de ver nuestra ciudad renacer y como gran ejemplo de sto, si me provoca regresar a mi tierra, seguire viendo lo que queda de mi hogar: techo, tejas y dos paredes llenas de grama y tierra. La ciudad y su sufrimiento se enterro literalmente bajo la montaña que bajo al mar.

Tambien aunque me duela recordar tengo que AGRADECER. Este cambio de vida debido a la tragedia me trajo a Miami, donde he encontrado una mujer que jamas hubiese sido en Venezuela y ESO si me enorgullece. Este pais me regalo un sueño y oportunidades que se ven imposibles desde esa costa. Me regalo una nueva vida, otro nuevo hogar, calles para recorrer y decir que tambien me han visto crecer. Ahora viviendo en Miami, he traido ese sol que me regalo la Guaira, esa sonrisa que me enseño mi infancia y por dentro de mi estoy segura que sigue esa gordita de pelo negro en su bicicleta y patines sentada bajo el arbol imaginando como seria cuando fuera grande y desde el otro extremo del mar atlantico lo logre descubrir.